jueves, 14 de febrero de 2008

José Hernández Herrerías y su Isla de Enmedio

El profe nos dijo: "iremos a hacer una práctica de foto a Veracruz, visitaremos Cempoala, La Antigua, el Puerto de Veracruz y nos quedaremos a dormir en una isla desierta. ¿Quién se apunta?."... ah, cabrón...-dije-... ¿una isla desierta?, ¿te cae que sí Herrerías?. "Sí, cuesta 700 pesos e incluye la comida en Antón Lizardo"...

Puta, me entusiasmó bastante aquella excursión. Teníamos un profesor de fotografía al que nadie, o muy pocos le ponían atención. José Hernández Herrerías es un fotógrafo bastante chingón, ampliamente metido en la temática de recorrer México y mostrarlo a todos por medio de sus fotografías. Da clases (hasta donde sé) de fotografía blanco y negro y de foto profesional en el Centro de Comunicación de la del Valle de México, Campus Tlalpan. Recuerdo que ese viernes que partimos del Defe. Herrerías en una actitud super buen pedo, subió una hielerototota con Boings y con juguitos para aquellos que habíamos decidido hacer ese viaje de prácticas con destino a Veracruz. Digo, me sorprendió porque en estos tiempos nadie regala nada. Lo lógico era que el profe en calidad de guía turístico-fotográfico se hubiera metido una lanita a su bolsillo, con la cooperacha de todos sus alumnos para pagar el camión y los items del viaje... Pues no, no fue así... Herrerías dispuso de la lana sobrante para comprar botanitas, refrescos, etc... Qué buena onda cabrón!!!... A partir de allí supe que iba a ser un viajecito de poca madre...
Llegamos al Puerto jarocho como a las 6 de la mañana para fotografíar el amanecer. Poco despúes fuimos a Cempoala y a la Antigua... Claro, bastante chidos aquellos pueblitos, pero definitivamente la Isla de Enmedio se llevó la tarde. A huevo... no hay más.
Llegamos a Antón Lizardo, que es un pequeño puerto ubicado a pocos kilómetros de Veracruz. Allí nos treparon a todos (que éramos como 30 o 40) a dos lanchas de motor fuera de borda. MMMta.. que chingón es viajar en lancha en un plan no turístico. Y lo digo así porque el lanchero (cuate de Herrerías) aceleraba su unidad bastante fuerte, rápido. Esa velocidad que la sientes en los huesos y te pega en los nervios de todo el cuerpo; como buen habitante de ciudad nunca había sentido algo así... Futa... Llevába los huevos en la mera garganta, sin embargo llegamos en unos 20 minutos a la megachingona isla.
Allí sólo vive una persona, que es la que se encarga del mantenimiento del faro que se encuentra instalado en la misma. Herrerías sólo dijo: "disfruten la estancia, saquen sus casas de campaña y pásenla chingón"... Créanme, la experiencia en ese lugar místico, deshabitado, casi virgen, la sentí como un verdadero ejercicio de convivencia con la naturaleza. Fue totalmente indescriptible, poca madre. La playa de la Isla de Enmedio es un paraiso cabrón... Me sentía como el náufrago de Tom Hanks, de verdad. Agua limpia, tibia, cristalina, arena fina y blanca, suavecita, calientita. Allí quieres andar descalzo todo el día. Al caer la noche hicimos una fogata con los pinches hígados de mis compañeritos, que, por cierto, se portaron buena onda. Echamos alcohol. Una motita no hubiera estado nada mal, pero nadie llevaba... Chale.

La Beba y yo nos dormimos...

Al siguiente día, como a las 6 de la mañana nos despierta un fuerte viento. Herrerías un tanto nervioso despierta a toda la banda y nos dice: "vámonos porque entra un norte bien cabrón, los lancheros vienen por nosotros"... La idea de nadar en esas aguas tan chidas se acabó. El mar evidentemente estaba feo, peligroso y revuelto. Ni pedo, nos teníamos que regresar cuanto antes.
Así fue, regresamos bien nerviosos, sacados de onda. Navegar ante un viento de esa magnitud resulta nada placentero para alguien que no sabe ni lo que es un nudo nautico... ja... pero afortunadamente llegamos a Antón Lizardo bien, algo mojados, pero sin broncas.
Cuando estén por allá vayan a Antón Lizardo, paguen una lanchita y pidan que los lleven a la Isla de Enmedio. Créanme, una experiencia así jamás la volverán a vivir.


1 comentarios:

ricardo sanchez belmont dijo...

TENGO LA SUERTE DE CONOCER A HERRERIAS, YO LE DIGO JOSE Y CON MAS FAMILIARIDAD " AMIGO " . HE VISTO TRABAJOS DE MUCHA GENTE ( SOY LABORATORISTA ), PERO LOS DE EL SON SOBRESALIENTES. SALUDOS DE TU TOCAYO RICARDO (FOTO).